Toledo

Toledo, España, 2019

Ubicado en un encinar, este jardín se ha diseñado a partir del clima y el paisaje local. Recupera antiguos muros de piedra e integra grandes bolos de granito en la plantación, reforzando el vínculo con el entorno. Es un jardín de muy bajo consumo de agua, con herbáceas y arbustos que florecen en distintas épocas y que, además, atraen pájaros, mariposas y otra fauna beneficiosa.

 

En el patio, unas jardineras resuelven la diferencia de cota entre las casas e integran las escaleras de acceso, transformando un elemento funcional en parte del diseño.

 

El jardín se diluye con el paisaje que lo rodea y se une a las praderas naturales sembradas por nosotros, que prolongan la vegetación del lugar y refuerzan su carácter mediterráneo.