Los propietarios de esta finca donde se celebran bodas y eventos necesitaban un jardín que se viera bonito enseguida de ser plantado, un jardín instantáneo (en las fotos, en su primer año). Fernando creó dos espacios ajardinados separados, unidos por una gran pérgola de recepción de hierro y cañizo, a la que conduce un camino de grava flanqueado por setos de laurel que ocultan el párking. En las grandes superficies de grava prensada donde se disponen las mesas plantó muy juntos ejemplares de Gleditsia triacanthos ‘Skyline’, un árbol de plumoso follaje verde limón, duro y de rápido crecimiento, para conseguir en poco tiempo un entretejido de ramas que proyecten una sombra ligera. Estas superficies están levemente rehundidas para favorecer la vista de las borduras de siete metros de ancho que las rodean, pobladas de hierbas ornamentales, setos de ramaje púrpura, equináceas blancas y rosadas, rosales, agapantos blancos… Otro detalle: los estanques, que refrescan el ambiente a la vez que amortiguan el ruido de la autovía cercana.